Tras la Eucaristía celebrada en una de las capillas del templo disfrutamos de la visita a la exposición Occidens. Casualmente uno de los grupos fue guiado por un exalumno del Centro que, en sus prácticas de la licenciatura de historia, le tocó en suerte cambiar el papel de alumno a profesor.
Tras la comida de rigor y las despedidas oportunas, todos nos deseamos un magnífico verano para disfrutarlo junto con las familias y para recuperar fuerzas y ánimos de cara al nuevo curso.