jueves, 3 de octubre de 2013

ORACIÓN DE LA MAÑANA 3 DE OCTUBRE

PARÁBOLAS DE JESÚS: LA CIZAÑA:  Primera reflexión-oración

Jesús, con esta PARÁBOLA, nos enseña que, además de la buena semilla sembrada en nosotros, puede aparecer también la cizaña que intentará no dejar crecer libremente el bien que hay en nosotros:  el REINO DE DIOS.
 
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo
 
Lectura del Evangelio según san Mateo 13, 24-30:

“Jesús le propuso otra parábola diciendo: -El Reino de los Cielos es semejante a un hombre que sembró buena semilla en su campo. Pero, mientras su gente dormía, vino su enemigo, sembró encima cizaña entre el trigo, y se fue.

Realidades que vemos en esta parábola que nos ayudan a  entender lo que es el  REINO DE LOS CIELOS explicado por Jesús:
  • Vemos un hombre que sembró solamente buena semilla en su campo.
  • Que su gente dormía durante la noche.
  • Y vemos también que, cuando su gente dormía, un enemigo sembró cizaña encima del trigo y se marchó.
¿A QUIÉNES REPRESENTAN  EL HOMBRE, SU CAMPO, LA BUENA SEMILLA, LA GENTE Y EL ENEMIGO?

El hombre es Dios Padre. Su campo somos nosotros. La buena semilla es siempre Jesús. La gente son personas que trabajan y testifican  cómo Dios sólo sembró semilla buena en su campo y no se explican por qué además de esa semilla de trigo sale también la cizaña. El enemigo es todo lo que se oponga a la VIDA-JESÚS y a quien la siembra. 

REFLEXIÓN: Jesús con esta PARÁBOLA nos quiere advertir de dos realidades: PRIMERA: que el Padre ha sembrado solamente el BIEN  en nosotros y éste estará dentro de cada uno para siempre y, ¡es Jesús! SEGUNDA: que en la noche provocada por nuestra duda,  ambición,  engaño,  injusticia,  pereza,  violencia…en nosotros también se va haciendo presente todo eso que es contrario a Jesús y su Reino  de felicidad y bien   dejándolo oculto y provocando que sobresalga más nuestra oscuridad, la cual nos hace daño.  ¿Somos conscientes de estas dos realidades? ¿Nos paramos a pensar por qué a veces somos estupendos y otras no? ¿Acusamos entonces a Dios o a los demás de problemas que nosotros mismos nos buscamos en vez de reconocerlos para evitarlos?  (Breve silencio acompañado de comentario  o de compartir).


Oración: Jesús, tú que tan bien nos conoces, porque vives en cada uno, te pedimos que nos ayudes a reflexionar sobre cómo eres tú; cómo actuabas con los demás; cómo nos enseñas para nuestro bien  y cómo a veces es cierto que  estás en nosotros, pero tan debajo de tantos caprichos y formas de ser nuestras que no nos permiten oírte ni sentirte ni verte. Danos fuerza para vivir en la verdad y el bien que está en nosotros sembrado por el Padre. Amén.