Buenos días a todos en el nombre de Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo
Respuesta de los alumnos a María
Querida María de
la Luz: Tú sí que seguiste la única estrella que ilumina con luz propia, la
acogiste y te convirtió en estrella para los demás. Mira, en este momento, te
podríamos enumerar a muchísimas de las estrellas que seguimos nosotros: las de
la canción y música, las del deporte, las de la moda, las del
cine…Tantas y tantas como nos atraen y deseamos ser ellas pero que nunca lo
conseguiremos porque su luz no transforma y con el tiempo se van apagando. Por
eso, te damos gracias por tus consejos para que logremos descubrir nuestra
verdadera estrella e irnos transformando
en ella poco a poco, aunque también admiremos las que te hemos nombrado sin
caer en el fanatismo. Seguimos muy unidos, María, pues tú eres muy importante
para nosotros, aunque no salgas en los medios de comunicación. Nuestro corazón
es tuyo.
Tus queridos alumnos “Amor de Dios”.
Reflexionamos en
voz alta. ¿Cuáles son las estrellas de hoy día? ¿Cuántas somos capaces de
nombrar en un momento? ¿Por qué son estrellas?
Ahora nombramos estrellas que se han apagado. Recordamos otras estrellas
que ha habido a lo largo de la historia y que su luz la han tomado de la vida
de Jesús: Padre Usera: luz en la formación integral de niños y jóvenes. Madre Teresa de Calcuta: luz para los más
pobres entre los pobres. Juan Pablo II:
luz para la evangelización de los pueblos. Gandhi: luz para la paz…
Oración. Señor, tú
sabes que a veces somos de los que nos dejamos deslumbrar por estrellas fugaces
que van y vienen. Y otras muchas queremos ser lucecitas admiradas por los
demás, estando más preocupados por brillar que por alumbrar. Señor, enséñanos a
ser esa estrella de los Magos: silenciosa en la noche, constante en el cielo y
guía para el caminar hacia la Verdad, hacia lo Esencial. Amén.