Buenos días a todos en el nombre de Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo
Querida María,
madre del Señor y nuestra: Cómo nos hubiera gustado también a nosotros haber
estado junto a ti y José en esa noche tan especial, para contemplar la llegada
de este Niño Dios a nuestra tierra. Pero creemos que esta navidad va a ser un
poco distinta, como que presentimos que
vamos a ser algo más conscientes de lo
que significa la Navidad. Cuando hoy coloquemos sobre el portal la noche
silenciosa llena de estrellas iluminando tu alumbramiento, recordaremos que
también nosotros tenemos que hacer silencio para oír desde el corazón lo que nos
comunique Jesús con sus gemidos y, sobre todo, entender como tú, que lo que el
Señor nos pide en esta noche es que lo acojamos y lo queramos; que reconozcamos
que somos tan pequeños y necesitados como él se nos presenta, pero que nunca
nos va a faltar tu cariño y cuidado de madre y el de Dios. Gracias, María, una
vez más, por tus cartas que sólo desean ayudarnos a conocer y querer más a
Jesús. Acompáñanos cuando coloquemos nuestra noche sobre el portal. Un fuerte
abrazo.
Con todo
cariño tus alumnos “Amor de Dios”.
Breve silencio
para compartir cómo hemos colocado el belén otros años y cómo lo vamos a
colocar éste, con un poco más de fe y conocimiento de todo lo que allí ocurrió.
Oración. Noche de
Belén, testigo de la llegada de Jesús a nuestro mundo tan poderoso y creído,
enséñanos a guardar ese silencio que ve e intenta comprender este nacimiento
que no es como el de los demás. Estrellas que iluminasteis la noche más bella,
dadnos un poco de vuestra luz que clarifique también nuestra visión de este
humilde y grandioso acontecimiento.
María de Nazaret, sencilla mujer que se te pidió acoger y creer en este Niño
como el Salvador del mundo, comparte con
nosotros tu misma fe. Amén