Buenos días a todos en el nombre de Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo
Respuesta de los alumnos a María
Querida madre de
Jesús y nuestra: Cómo nos gustaría ser los pastorcillos que hoy, al ponerlos
ante el belén nos recuerdan: esa fe
ciega que los lleva a dejar todo y fiarse de
Dios. Esa disponibilidad y predisposición para ir al encuentro del Señor
cuando éste aparece en nuestras vidas. La humildad para reconocernos pequeños
ante el misterio de Jesús Niño. La sabiduría para entender que Dios también
necesita de nosotros y que de él sólo puede salir todo el amor y bien que cada
persona necesita, y por lo tanto, nunca debemos temer sino amar y confiar en el
Señor. Por último, nos gustaría ser esos pastorcillos que os dieron una gran
alegría, os acompañaron en esa noche mágica y especialísima y os ofrecieron lo
que tenían. Un beso, María, de:
Tus hijos
y alumnos del “Amor de Dios”
Breve silencio
para pensar y dialogar sobre el significado y la importancia que tuvieron los
pastores en esta noche del nacimiento para María y José, pues al fin fueron
unos enviados y elegidos del Señor del cielo para hacerles compañía. Pudieron
ser otras personas, pero Dios avisó a éstas. ¿Por qué? ¿Por su capacidad para
creer? ¿Por qué eran los que menos pintaban en Belén ante la gente? Dialogamos
y hacemos peticiones espontáneas al final.