martes, 21 de enero de 2014

ORACIÓN DE LA MAÑANA MARTES 21 DE ENERO

PARÁBOLAS DE JESÚS: EL SEMBRADOR. Reflexión séptima.
 
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo
 
Lectura del  Evangelio según san Mc 14, 1-20: “Jesús se puso a enseñar junto al lago…Les dijo:-Salió un sembrador a sembrar…”. En este momento está saliendo a sembrar en nuestra vida como cada día. Y nos preguntamos:
¿Por qué se producen efectos tan distintos en los que escuchan el mensaje del Reino, como hemos visto, y aún en nosotros mismos, siendo igual para todos? La gracia sí es igual, pero la libertad humana lleva a respuestas diferentes aún en las mismas personas. Por eso unas son más felices y otras menos y más superficiales.


Reflexionamos los elementos comunes:
·        El sembrador siembra por igual, pues Jesús ofrece su palabra a todos, sin excepción, sin discriminación.
·   Todos escuchan esta Palabra, ella llega a los oídos de todos, por tanto  nadie debería hacerse el despistado.
Reflexionamos las diferencias.
¿Qué hará cada uno?  Esa es la cuestión:
·    Unos escuchan y no entienden. ¿En el fondo no les interesa? Porque si algo nos importa de verdad, ya buscamos la manera de comprenderlo, de hacerlo nuestro, de que alguien nos ayude.
·    Otro sí llegan a entender, aunque no se mantengan siempre en esa misma actitud, pero, después de un tiempo, vuelven a acoger la semilla como tierra buena.
Reflexionamos por qué el Señor siembra en lugares donde la semilla se va a perder y no va a obtener ningún fruto.
·    Dios es siempre un Padre de amor y de esperanza.
·   Envió a su Hijo para curar y salvar todo lo que nosotros perdemos  no  dejándolo vivir y crecer.
·    Jesús en sí mismo, dentro de nosotros, no puede disminuir ni dejar de ser lo que es. Nosotros somos los que antes o después, tenemos que hacernos conscientes a su acción y vida salvadora en nosotros.
·   Las etapas de la vida son distintas y las repuestas a la Palabra de Dios también.
Terminamos dando gracias al Señor
©     Gracias, Señor, porque  nunca pierdes la esperanza de que la semilla que cada día siembras en nuestro interior  en algún momento dará el fruto que necesitamos para vivir interiormente centrados y felices.
©     Gracias porque siempre te fías de que, esa siembra que realizas en cada uno, no sólo nos hará bien a nosotros mismos sino también a los demás.
©     Gracias, Señor, porque tus semillas contienen siempre la vida para el tiempo presente y el futuro.


©     Gracias porque hoy podemos continuar nuestro camino con una llamada y una luz más en el compromiso de un mudo mejor: tu Reino de amor, verdad y bien, que es lo que nos vas enseñando a través de tus parábolas.