PARÁBOLAS DE
JESÚS: EL SEMBRADOR. Reflexión séptima.
En el nombre del
Padre, del Hijo y del Espíritu Santo
Lectura del Evangelio según san Mc 14, 1-20: “Jesús se puso a enseñar junto al lago…Les
dijo:-Salió un sembrador a sembrar…”. En este
momento está saliendo a sembrar en nuestra vida como cada día. Y nos
preguntamos:
¿Por qué se producen efectos tan
distintos en los que escuchan el mensaje del Reino, como hemos visto, y aún en
nosotros mismos, siendo igual para todos? La gracia sí es igual, pero la
libertad humana lleva a respuestas diferentes aún en las mismas personas. Por
eso unas son más felices y otras menos y más superficiales.
Reflexionamos
los elementos comunes:
·
El
sembrador siembra por igual, pues Jesús ofrece su palabra a todos, sin
excepción, sin discriminación.
· Todos
escuchan esta Palabra, ella llega a los oídos de todos, por tanto nadie debería hacerse el despistado.
Reflexionamos
las diferencias.
¿Qué hará cada
uno? Esa es la cuestión:
· Unos
escuchan y no entienden. ¿En el fondo no les interesa? Porque si algo nos
importa de verdad, ya buscamos la manera de comprenderlo, de hacerlo nuestro,
de que alguien nos ayude.
· Otro sí llegan a entender, aunque no
se mantengan siempre en esa misma actitud, pero, después de un tiempo, vuelven
a acoger la semilla como tierra buena.
Reflexionamos
por qué el Señor siembra en lugares donde la semilla se va a perder y no
va a obtener ningún fruto.
· Dios es siempre un Padre de amor y
de esperanza.
· Envió a su Hijo para curar y salvar
todo lo que nosotros perdemos no dejándolo vivir y crecer.
· Jesús en sí mismo, dentro de
nosotros, no puede disminuir ni dejar de ser lo que es. Nosotros somos los que
antes o después, tenemos que hacernos conscientes a su acción y vida salvadora
en nosotros.
· Las etapas de la vida son distintas
y las repuestas a la Palabra de Dios también.
Terminamos dando gracias al Señor
© Gracias, Señor, porque
nunca pierdes la esperanza de que la semilla que cada día siembras en
nuestro interior en algún momento dará
el fruto que necesitamos para vivir interiormente centrados y felices.
© Gracias porque siempre te fías de que, esa siembra que
realizas en cada uno, no sólo nos hará bien a nosotros mismos sino también a
los demás.
© Gracias, Señor, porque tus semillas contienen siempre la
vida para el tiempo presente y el futuro.
© Gracias porque hoy podemos continuar nuestro camino con una
llamada y una luz más en el compromiso de un mudo mejor: tu Reino de amor,
verdad y bien, que es lo que nos vas enseñando a través de tus parábolas.