PARÁBOLA DE
JESÚS: SOBRE LOS QUE ACUMULAN RIQUEZAS SÓLO PARA SÍ MISMOS. Primera
reflexión-oración.
Con esta Parábola
Jesús nos quiere enseñar lo distintos que somos de Dios Padre en el aspecto de
compartir todo lo que es y tiene,
mientras que muchas personas sólo
desean acumular sólo para sí mismas.
En el nombre del
Padre, del Hijo y del Espíritu Santo
Lectura del santo
Evangelio según san Lucas 12, 15-21: “Les dijo Jesús: ¡Atención! ¡Guardaos de
toda codicia, que, por más rico que uno sea, la vida no depende de los bienes!
Realidades que vemos en esta introducción de la parábola que nos
ayudan a entender lo que es el REINO DE DIOS vivido y enseñado por Jesús:
·
Escuchamos
una advertencia y un mandato de Jesús sobre la codicia.
·
Y
escuchamos también una consecuencia: la vida no depende de los bienes que
tengamos.
REFLEXIÓN. Podemos vivir sólo pendientes de todo
aquello que parece más atractivo e
intentando conseguirlo sea como sea:
o
Dinero,
marcas en el vestir, calzado, juegos…
o
Mucho
prestigio, reconocimiento de los demás, primeros puestos.
o
Muy
buenas notas. Ganar siempre y sobresalir en los deportes.
o
Ser
más actual y tener más medios modernos
que nadie…
Y descuidar:
o
La
propia interioridad. El conocernos a nosotros mismos, a Dios y a los otros.
o
Las
relaciones personales con: la familia, los amigos, los profesores, la iglesia…
o
El
ser solidarios con las necesidades de los más desfavorecidos, el respeto y
cuidado de la naturaleza, del medio ambiente, del reciclado, del cuidado de los
espacios y cosas comunes del pueblo.
(Pausa
para pensar y ver dónde estamos, qué priorizamos, qué nos puede ayudar más a
ser felices y cercanos a los demás. Compartimos).
Oración:
Para que tengamos un corazón limpio de todo afán de poseer y acumular. Señor,
ayúdanos. (Todos). Para que pongamos en el lugar más importante de nuestro
corazón a las personas y no a las cosas. Señor, ayúdanos. (Todos). Para que
sepamos descubrir las necesidades de amistad, de cariño y de lo material de los
demás y los ayudemos en lo que podamos. Señor, ayúdanos. (Todos). Para que
siempre contemos con tu amistad, Señor, la procuremos y te la pidamos. Señor,
ayúdanos. (Todos).