Buenos días a todos en el nombre de Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo
Contestación de los alumnos a María
Querida María,
madre nuestra. Nos vamos dando cuenta, de que tú,
porque esperabas y creías en la luz verdadera, la alumbraste en la noche de Belén. En cambio
nosotros encendemos luces artificiales, que son muy bonitas, sí, pero que sabemos se apagarán en algún momento, mientras que la
tuya ilumina para siempre y llega a todos los hombres de todos los tiempos. Y ¿Cómo se enciende esa luz sin fin que alcance a todos? Es tu mensaje cariñoso
que nos recuerdas en este día: “SÓLO ALUMBRA QUIEN ES SERVIDOR-SIERVO DE
TODOS”. Ese fue el Salvador, tu hijo Jesús, que vino para ponerse a nuestro
servicio en lo que más necesitábamos: el amor sin límites. Pero tú tuviste que
ponerte también, primeramente, al servicio suyo para que pudiera nacer: “Aquí
está la sierva del Señor, hágase en mí tu Palabra”. Casi resulta extraño a
nuestra mentalidad de hoy, que se pueda ser luz del mundo desde un rincón
escondido de Belén o Nazaret, desde la pobreza, la humildad y el pasar por uno
de tantos. Pero esa fue tu realidad y la de tu hijo. Acogemos tu mensaje de
este día dentro de nuestro corazón. ¿Te parece bien? Ayúdanos a vivirlo. Un
fuerte abrazo.
Siempre tuyos. Alumnos “Amor de Dios”.
Breve silencio
para interiorizar. Comentamos la frase de la profecía del Señor sobre Jesús: “Es
poco que seas mi siervo y restablezcas las tribus de Jacob y conviertas a los
supervivientes de Israel; te hago luz de las naciones para que mi salvación
alcance hasta el confín de la tierra”. ¿Qué entendemos? Pueden expresarlo. Si María se hizo sierva y alumbró a
Jesús. Si Jesús se hizo nuestro servidor
y nos dio la luz sin fin a todos ¿Creemos que es necesario esa actitud humilde
y cercana de estar al servicio de todos para que vivimos en la luz de la
salvación eterna y no en la artificial? Terminamos
pidiendo esta luz a Jesús y María.