PARÁBOLAS DE JESÚS:
SOBRE LOS PRIMEROS PUESTOS. Primera
reflexión-oración.
En el nombre del Padre,
del Hijo y del Espíritu Santo.
Lectura del santo
Evangelio según san Lucas 14, 7-14: “Observando Jesús cómo escogían los primeros puestos, les propuso una parábola a los convidados".
Jesús,
como cada día, es el Maestro que nos imparte la primera clase: la lección de la
vida. Hoy vamos a reflexionar sólo esta breve frase del Evangelio que nos va a
introducir en la parábola y que nos muestra al Señor OBSERVANDO: ¿qué? El
comportamiento de los convidados.
Y
NOS LOS EXPLICA haciéndonos caer en la cuenta de tres cosas: Primera: que sólo somos invitados. Segunda: que en nuestro interior
hay deseos de primeros puestos. Tercera:
que él también es un invitado.
¿A
qué somos invitados? A vivir: en este mundo, en la familia, en el pueblo, en
la Iglesia, en el colegio, con los
amigos y…finalmente, en el cielo de la otra vida. Si somos invitados alguien es el novio, el dueño de la casa,
del banquete, de la fiesta…
En
esta invitación a vivir ¿qué puesto queremos ocupar por inclinación propia?
Jesús, que nos conoce por dentro y por fuera, nos dice que en nuestro interior
siempre hay un deseo, una tendencia a ocupar el primer puesto, el lugar más
relevante o principal en la familia, en el grupo de amigos, en el aula de la
clase, en los juegos, ante nosotros mismos incluso, que nos hace creernos
superiores a los demás, lo que provoca los grandes y pequeños conflictos que
vemos en este mundo, en nuestro entorno y en nosotros mismos.
¿Jesús
es un invitado como nosotros? ¿Qué nos parece? (Breve pausa) Por un lado sí,
pues en este caso él ha sido invitado a comer en casa de un fariseo y, al ver
cómo los demás invitados van ocupando
los primeros puestos, aprovecha para
enseñarles lo que hay dentro de cada uno
con la explicación de una parábola. Por otro lado, aunque Jesús es el que nos
invita a vivir siempre en su Reino, no nos fuerza a que entremos en él, todo lo
contrario, desea que lo invitemos a nuestra casa, a nuestro interior. Pero,
si nosotros estamos siempre ocupando el
primer lugar, seguro que no podremos relacionarnos con él porque lo hemos
colocado en un puesto muy alejado de nosotros, quizá en el último, donde apenas
se nota que está.
Oración.
En este comienzo de una nueva parábola tuya, Señor, queremos pedirte ayuda para
entender lo importante que nos quieras explicar a través de ella, para que
nosotros podamos conocernos más a nosotros mismos y vivir de acuerdo con la persona buena y humana que
tú has sembrado en cada uno de nosotros. Te lo pedimos por intercesión de María
con la siguiente oración: “Bajo tu amparo nos acogemos, santa Madre de Dios.
No desoigas las súplicas que te
dirigimos en nuestras necesidades, antes bien, líbranos siempre de todos los
peligros, oh Virgen, gloriosa y bendita”. Amén.