En el nombre del Padre,
del Hijo y del Espíritu Santo
Lectura del Evangelio
según san Lucas 18, 1-8: “Y el Señor añadió: Fijaos en el juez injusto. ¿No
hará, entonces, Dios justicia a sus elegidos que claman a él día y noche? ¿Les
hará esperar? Yo os digo que les hará justicia inmediatamente. Pero, cuando
venga el Hijo del Hombre ¿encontrará fe en la tierra?”.
¿QUÉ QUIERE JESÚS
EXPRESAR EN ESTE FINAL DE LA PARÁBOLA?
*
Que si hasta un juez, que es egoísta e
injusto, es capaz de atender a la necesidad que le exponía una mujer
continuamente para que dejara de importunarlo ¿cómo no nos va a oír y atender a
nosotros Dios, que es nuestro Padre, y nos ama?
*
Pero, ¿vamos a tener el valor de
esperar, de tener paciencia e insistir como hizo la viuda si Dios se demora en
atendernos?
*
¿Tendremos fe para pedir y para esperar
a que el Señor llegue con su respuesta?
REFLEXIÓN.
Jesús, que conoce cómo obra Dios con todos sus hijos, afirma rotundamente que
sí nos hará justicia. Pero, como en
el caso de la viuda, tienen que darse tres condiciones: Primera, que lo que se
pide sea justo, es decir, que sea algo que nos haga bien, buenos. Segunda, que
se lo pidamos con insistencia, y luego él verá cuál es el momento que más nos
va a convenir. Tercera, que se lo pidamos con fe, con confianza. (Pausa para
ver y aclarar estas condiciones de la oración de petición, que es distinta de
la acción de gracias o la alabanza o…). ¿Cuándo pedimos nosotros cosas al Señor
cumplimos esta tres condiciones? ¿Qué clases de oraciones conocemos? ¿Cuál
solemos realizar con más frecuencia?
Proponemos,
para acabar esta oración de reflexión, que hagamos, espontáneamente, tres
oraciones de petición (una cada alumno), tres de acción de gracias (una cada
alumno), y tres de alabanza (una cada alumno).