Jesús, con esta
PARÁBOLA, nos enseña que, además de la buena semilla sembrada en nosotros,
puede aparecer también la cizaña que intentará no dejar crecer libremente el
bien que hay en nosotros: el REINO DE DIOS.
En el nombre del Padre,
del Hijo y del Espíritu Santo
Lectura del Evangelio
según san Mateo 13, 24-30:
“Jesús le propuso otra parábola diciendo: -El Reino de los Cielos es semejante a un hombre que sembró buena semilla en su campo. Pero, mientras su gente dormía, vino su enemigo, sembró encima cizaña entre el trigo, y se fue.
Realidades
que vemos en esta parábola que nos ayudan a
entender lo que es el REINO DE LOS CIELOS explicado por Jesús:“Jesús le propuso otra parábola diciendo: -El Reino de los Cielos es semejante a un hombre que sembró buena semilla en su campo. Pero, mientras su gente dormía, vino su enemigo, sembró encima cizaña entre el trigo, y se fue.
- Vemos un hombre que sembró solamente buena semilla en su campo.
- Que su gente dormía durante la noche.
- Y vemos también que, cuando su gente dormía, un enemigo sembró cizaña encima del trigo y se marchó.
El hombre es Dios Padre. Su campo somos nosotros. La buena semilla es siempre Jesús. La gente son personas que trabajan y testifican cómo Dios sólo sembró semilla buena en su campo y no se explican por qué además de esa semilla de trigo sale también la cizaña. El enemigo es todo lo que se oponga a la VIDA-JESÚS y a quien la siembra.
REFLEXIÓN: Jesús con
esta PARÁBOLA nos quiere advertir de dos realidades: PRIMERA: que el Padre ha
sembrado solamente el BIEN en nosotros y
éste estará dentro de cada uno para siempre y, ¡es Jesús! SEGUNDA: que en la
noche provocada por nuestra duda,
ambición, engaño, injusticia,
pereza, violencia…en nosotros
también se va haciendo presente todo eso que es contrario a Jesús y su
Reino de felicidad y bien dejándolo oculto y provocando que sobresalga
más nuestra oscuridad, la cual nos hace daño.
¿Somos conscientes de estas dos realidades? ¿Nos paramos a pensar por
qué a veces somos estupendos y otras no? ¿Acusamos entonces a Dios o a los
demás de problemas que nosotros mismos nos buscamos en vez de reconocerlos para
evitarlos? (Breve silencio acompañado de
comentario o de compartir).
Oración:
Jesús, tú que tan bien nos conoces, porque vives en cada uno, te pedimos que
nos ayudes a reflexionar sobre cómo eres tú; cómo actuabas con los demás; cómo
nos enseñas para nuestro bien y cómo a
veces es cierto que estás en nosotros, pero
tan debajo de tantos caprichos y formas de ser nuestras que no nos permiten
oírte ni sentirte ni verte. Danos fuerza para vivir en la verdad y el bien que
está en nosotros sembrado por el Padre. Amén.