jueves, 31 de octubre de 2013

ORACIÓN DE LA MAÑANA 31 DE OCTUBRE

EL TESORO ESCONDIDO. Quinta reflexión-oración

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 13, 44: “El reino de los cielos es como un tesoro escondido en un campo. Cuando un hombre lo descubrió, lo volvió a esconder, y lleno de alegría fue y vendió todo lo que tenía y compró ese campo”.

¿QUIÉNES REPRESENTAN AL HOMBRE QUE BUSCA EL TESORO?
Ese hombre somos cada uno de nosotros,  que tenemos nuestro propio campo y debemos comprobar si se parece al campo del Tesoro porque si no tenemos que vender todo para comprar el de Jesús.
COMPROBAMOS:
 
NUESTRO CAMPO
No queremos trabajar con todos, sólo con los amigos. Debo vender este campo para comprar el del Tesoro.
Si veo peleas, en vez de poner paz y armonía, animo para que se sigan peleando. Debo de vender este campo pues no tiene el Tesoro.

En el juego prefiero ganar siempre aunque sea con trampas. A mis padres y profesores les digo alguna mentira. Este campo no tiene el Tesoro. Debo venderlo.

Leo muchos libros, pero el Evangelio de Jesús no. Rezo poco y  me cuesta ir a misa y confesarme. Tengo que vender este campo y comprar el del Tesoro.

EL CAMPO DONDE ESTÁ ELTESORO
Jesús enseñó a toda clase de personas sin excepción y les entregó su amistad, ayuda y cariño.                                                 
Jesús, ante los acusadores de la mujer pecadora o de Zaqueo o los suyos propios puso la verdad, el perdón y la entrega de sí mismo
A Jesús querían obligarlo a ser rey para poder los discípulos gobernar pero dijo que su Reino no era de este mundo. Por decir la verdad lo condenaron a muerte
Mis Palabras son verdad y vida. El que come mi carne vivirá para siempre. Cuando oréis decid: Padre nuestro que estás en el cielo…
(Pausa para la reflexión,  compartir lo aprendido o aclarar las dudas que nos hayan surgido. ¿Nos ha ayudado esta Parábola a ser un poco más auténticos, a buscar sólo el bien?).

Oración: Así, Señor, podríamos seguir buscando el Tesoro en el campo de tu vida, es decir, comparando lo que nosotros tenemos y hacemos, con lo que tú tuviste e hiciste. Concédenos la gracia de ser buscadores del auténtico tesoro para que vayamos acumulando sólo lo que merece la pena, lo que, por su gran valor, va a permanecer para siempre dándonos alegría y felicidad. Te lo pedimos por intercesión de María, tu madre. Amén.