Con la presente
PARÁBOLA que Jesús nos va a contar nos quiere ayudar a descubrir que, no todo
lo que hacemos o intentamos ser tiene valor, felicidad auténtica; sino que
debemos buscar dónde está lo que vale, lo que tiene sentido, lo que merece la
pena porque permanece para siempre y construye un mundo nuevo que no pasa ya
aquí y en el más allá: EL REINO DE DIOS.
En el nombre del Padre,
del Hijo y del Espíritu SantoLectura del Evangelio según san Mateo 13, 44: “El reino de los cielos es como un tesoro escondido en un campo. Cuando un hombre lo descubrió, lo volvió a esconder, y lleno de alegría fue y vendió todo lo que tenía y compró ese campo”.
Realidades
que vemos en esta parábola que nos ayudan a
entender lo que es el REINO DE DIOS vivido y enseñado por Jesús:
·
Vemos: un tesoro, que representa a
Jesús.
·
Un campo, que representa la Palabra de
Dios, los sacramentos, la Iglesia, la oración, la entrega a los demás, la vida,
el trabajo, la fiesta, el descanso...
·
Un hombre que descubre el tesoro y vendo
todo lo que tiene para adquirirlo. El hombre
es cada uno de nosotros.
*
Jesús, como tesoro, es el único que tiene valor y que da valor y
sentido a todo con su vida en nosotros y en medio de nosotros.
*
El campo contiene, alberga, esconde el tesoro-Jesús dentro de él.
*
El hombre es buscador del tesoro
auténtico y no sólo de aquello que parece que brilla y resalta mucho, pero
luego termina oxidándose.
REFLEXIÓN. “El reino de los cielos es como un tesoro escondido en un campo”.
Jesús es este Reino de los cielos que como la levadura que transforma o la
semilla buena de trigo que tiene vida y ahora como el tesoro que tiene el valor
mayor de cuanto existe, viene al interior de cada uno de nosotros para
compartir toda la felicidad-reino que él ya vivía en el cielo. Jesús vale más
que todas las personas, que todo el dinero, que todos los descubrimientos, que
toda la sabiduría, que todas las diversiones y que todas nuestras penas y
alegrías. ¿Por qué? Porque no tiene fecha de caducidad y todo lo demás sí. La
niñez y la juventud pasan. La familia, la vida, los amigos, lo que
tengamos…todo, todo llega a su fin. Sólo queda Jesús, el tesoro que está dentro
de nosotros y que merece la pena buscar en nuestro interior, porque es el que
hace que seamos eternos como él. (Breve pausa. Podemos comentar o pedir
aclaraciones).
Terminamos
pidiendo ayuda para descubrir lo que más vale y está encerrado en nosotros
mismos con la súplica del Padrenuestro a Jesús y el Ave María a la Virgen.