lunes, 10 de febrero de 2014

ORACIÓN DE LA MAÑANA 10 DE FEBRERO

PARÁBOLAS DE JESÚS: EL BUEN SAMARITANO. Reflexión primera.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo

Lectura del santo Evangelio según san Lucas 10, 25-37: “Se levantó un doctor de la Ley y dijo, para poner a prueba a Jesús: -Maestro, ¿qué debo hacer para heredar vida eterna? Él le dijo: -¿Qué está escrito en la Ley?  Respondió: -Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo. Le dijo: -Has respondido correctamente. Haz eso y vivirás”.


Recordamos:
*    Que esta Parábola da respuesta a una pregunta que una persona, de las que está escuchando a Jesús, le plantea. Se trata de un doctor de la Ley que no debía tener claro lo siguiente: ¿Qué debo hacer para heredar vida eterna? Pues  piensa que tiene que hacer algo concreto para poder heredar la  eternidad. Quiere garantizarse la herencia por su propio esfuerzo. Pero una herencia no se merece. La herencia la recibimos simplemente por ser hijo o hija. (Breve pausa para pensar ¿me siento hijo de Dios? Si es así, tendré la vida eterna de Dios mi  Padre).
  • *    Por su parte Jesús, sabe que tiene ante él a un doctor que conoce muy bien  la Ley por eso a su vez le hace otra pregunta: -¿Qué está escrito en la Ley?
  • *    La respuesta fue correcta: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo.
  • *    La de Jesús también fue muy concreta: Haz eso y vivirás, porque si amas a Dios es porque te sientes hijo suyo.  Pero Dios viene hasta nosotros en el prójimo, que es nuestro hermano. Porque el prójimo es la revelación de Dios para con cada uno, por eso debemos amarlo como lo hace Dios.


Pues bien,  a nosotros, Jesús nos va a ayudar con la presente parábola a descubrir cuándo amamos a Dios ¿sólo cuando rezamos? ¿También cuándo se acerca a nosotros en los demás? ¿Lo amamos en los otros con el corazón y con el entendimiento enterándonos de lo que necesitan y con todas las fuerzas poniendo todo lo que esté a nuestro alcance para que le llegue nuestra ayuda? (Breve pausa para pensar y sentirnos invitados por Jesús comprobar nuestro amor a Dios a través del prójimo).


Terminamos pidiendo la ayuda que necesitamos para amar auténticamente, a través de la oración en la que nos sentimos hijos de Dios y hermanos de los demás: Padrenuestro que estás en el cielo…