PARÁBOLAS DE
JESÚS: LAS DIEZ JÓVENES LLEVANDO SUS LÁMPARAS. Reflexión segunda.
En el nombre del
Padre, del Hijo y del Espíritu Santo
Lectura del Evangelio según san Mateo 25, 1-13: “Las
jóvenes necias o poco cuidadosas, en efecto, al tomar sus lámparas, no se
proveyeron de aceite; las prudentes, en cambio, junto con sus lámparas tomaron
aceite en las alcuzas. Como el novio tardaba, se durmieron todas”.
Jesús continúa en
esta Parábola destacando dos cosas muy necesarias que nos puedan servir de
ayuda:
·
Primera: La
importancia, no sólo de vivir en la luz, sino también de tener aceite de
reserva para alimentar la lámpara.
·
Segunda: Que
todos nos dormiremos en algún momento.
Por tanto, el
Señor bueno y compasivo, da por hecho que:
·
Todos nos vamos a
dormir; que vamos a tener momentos de luz y de oscuridad. Recordamos cómo sus
mismos discípulos se durmieron en el momento que él más los necesitaba: cuando
estaba esperando en el huerto de Getsemaní que lo viniesen a buscar para
quitarle la vida.
Pero le parecería
muy raro que:
·
Nos pasásemos
meses y años dormidos. Que toda nuestra vida fuera más una noche que un día.
Porque ¿qué hacemos cuando dormimos?
Nada, sólo descansar. Y ¿se puede pasar toda la vida en la noche sin hacer
nada? ¿Habría vida auténtica? ¿Verdad que resultaría muy extraño y qué sería
aburridísimo y no nos haría bien a nosotros mismos ni lo haríamos a los demás?
·
Por eso con esta
parábola Jesús nos quiere alertar de que hemos recibido la luz para que vivamos en el día, no en la noche, sin
iluminar a los demás y a nosotros mismos.
Oración. Hoy,
Señor, nos enseñas una vez más, que la vida es un regalo envuelto en un bonito
papel. Los colores nos pueden engañar; la esencia, la luz auténtica, está en el
interior y tú nos ayudas a que la mantengamos encendida para que siempre sea de
día en nuestra vida y a nuestro alrededor. Y, si nos llegan esos momentos de
sueño debidos a nuestra propia oscuridad o a la de los demás, también contamos
que nos ayudarás a volver dentro de nosotros para encender nuevamente nuestra lámpara con el
aceite de la fe y del amor generoso depositado en cada uno. Amén.