PARÁBOLAS DE
JESÚS: EL BANQUETE DE BODAS. Reflexión segunda
En el nombre del
Padre, del Hijo y del Espíritu Santo
Lectura del
santo Evangelio según san Lucas 14, 16-24: “Pero todos los invitados a una
empezaron a excusarse. El primero le dijo: -He comprado un campo y tengo que ir
a verlo; te ruego me dispenses. Y otro dijo: -He comprado cinco yuntas de
bueyes y voy a probarlas; te ruego me dispenses. Otro dijo: -Me acabo de casar,
y por eso no puedo ir”.
¿Qué destaca en la respuesta que dan los invitados a
la boda?
·
Su
falta de conocimiento y responsabilidad al rechazar la invitación, pues siempre
tenemos tiempo para todo si queremos.
·
El
poner en primer lugar las cosas, los animales y las personas y descuidar totalmente
a Dios.
·
El
no querer formar parte de la familia del Reino de Dios formada por: el Rey, su
Hijo Jesús y los demás convidados al banquete, es decir, las personas humanas.
Reflexión.
Cuando no somos invitados a un cumpleaños o fiesta, nos sentimos mal, tristes y solos y como rechazados al ver que
no nos tienen en cuenta. Igualmente ocurre cuando un niño o adulto invita a
otros a una fiesta suya y no acuden algunos o muchos, pues parece que no
quieren saber nada con esas personas que invitan y se las hace sufrir. Pues
vamos a intentar caer en la cuenta de la pena que tendrá Jesús cuando lo
ignoramos o rechazamos, pues él no nos está ofreciendo solamente pasárnoslo
bien un rato, sino que nos está ofreciendo una felicidad que no acaba nunca,
una verdad que nos guiará a lo largo del camino para que todo lo nuestro tenga
sentido y final feliz. Él sólo vino por nuestro bien, para compartir con
nosotros su misma vida, que es, no sólo humana sino también divina. No busca
nada para sí sino para nosotros. Vamos a hacer un breve silencio para pensar si
cada día oímos que somos invitados y aceptamos o rechazamos una invitación tan
importante. ¿Qué nos parece?
Oración. Señor,
sabemos que tú no nos quitas nada de lo que hay en este mundo, pues nos lo has
regalado todo. Podemos ir al campo o estar con los animales o en familia o con
los amigos…Pero también sabemos que tú quieres que estemos contigo para que
podamos ser un poco más felices y más auténticos con nosotros mismos y con los
demás. Gracias porque a través de tu Palabra nos deseas hacer conscientes de lo
que nos podemos perder rechazando tu invitación. Que tu madre ruegue por
nosotros para parecernos a ella en la respuesta a tu invitación. Amén.