PARÁBOLAS DE
JESÚS: EL BUEN SAMARITANO. Reflexión segunda.
En el nombre del
Padre, del Hijo y del Espíritu Santo
Lectura del
santo Evangelio según san Lucas 10, 25-37: “Pero el jurista, queriendo justificarse,
preguntó a Jesús: -Y ¿quién es mi prójimo? Jesús respondió: -Bajaba un hombre
de Jerusalén a Jericó y cayó en manos de salteadores que, después de despojarle
y darle una paliza, se fueron, dejándole medio muerto”.
Qué destaca
principalmente Jesús en este principio de la Parábola:
·
Primero:
Que el doctor de la Ley quiere justificar probablemente su falta de amor a una
parte de la sociedad, diciéndole que no sabe quién es exactamente el prójimo
para poder así amarlo.
·
Segundo:
Que resulta un poco raro que se sepa
quién es Dios, al que nunca se ha visto, y no se sepa quién es el prójimo.
·
Tercero:
Que Jesús ve el corazón sincero de este
doctor lleno de inquietud porque, según las costumbres judías prójimos o
próximos, eran sólo los que estaban unidos por lazos de raza y sangre, quedando
excluidos los demás, cosa con la que Dios no estaría de acuerdo. Por eso le va a revelar quién es realmente el prójimo
para Dios.
·
Cuarto:
Un hombre, seguro que judío, porque iba de Jerusalén a Jericó, fue maltratado,
herido, robado y abandonado solo en despoblado.
Reflexionamos en
silencio o compartiendo: ¿Hoy nosotros tenemos claro que Dios y el hombre son
nuestros próximos-prójimos? O ¿Creemos que sólo lo es Dios o que sólo lo es el
hombre? Estaríamos inquietos entonces como el doctor de la ley. ¿Vamos por la
vida peleando o hiriendo o dejando abandonos a los que no son de mi clan?
Oración.
- · Para que sintamos este mundo como una gran familia en la que todos somos hermanos e hijos de Dios. Roguemos al Señor. Te rogamos óyenos.
- · Por tantos como mueren por causa de la ambición, del poder, de las falsas y violentas creencias religiosas. Roguemos al Señor. Te rogamos óyenos.
- · Para que seamos promotores de la verdad, el amor y la justicia que procede de Jesús y su Evangelio. Roguemos al Señor. Te rogamos óyenos.
- · Para que vivamos a lo largo de este día como verdaderos amigos y hermanos. Roguemos al Señor. Te rogamos óyenos.