Recordamos el hambre en el mundo
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. En estos días queremos tomar conciencia del grave problema de la pobreza y el hambre en el mundo, por eso vamos a recordar:
· Que más de trescientos millones de jóvenes menores de quince años no reciben alimento suficiente.
· Que novecientos millones de niños están desnutridos, de los cuales, cuarenta y cinco millones no llegarán a cumplir el primer año de edad y, de los que quedan, sólo la mitad llegarán a ser adultos.
Reflexión. A nosotros nos parece normal tener una casa con varias habitaciones, disponer de agua corriente para lavarnos, encender la luz y el televisor. Nos parece normal ir al médico cuando estamos enfermos y tener medicinas. Nos parece normal desayunar por la mañana, comer a medio día, merendar por la tarde y cenar por la noche. Nos parece normal tener un colegio para estudiar con libros, ordenadores y demás material. Pero esto no es normal para la mayoría, pues uno de los pecados mayores de la humanidad es la insolidaridad continua. ¿Qué pensarán tantos niños y jóvenes que ni siquiera pueden comer comparando su vida con la nuestra? ¿Qué pensará Dios Padre que creó esta tierra para todos? ¿Somos conscientes de la desigualdad existente? (Breve pausa para pensar y compartir si se desea).
Oración: Señor, concédenos la gracia de comprender que, mientras nosotros vivimos una vida feliz, hay millones de seres humanos, hijos tuyos y hermanos nuestros, que mueren de hambre sin haberlo merecido. Ten piedad pues, Señor, de los pobres de este mundo y a nosotros ayúdanos a liberarnos del egoísmo y danos un corazón universal capaz de sentir el sufrimiento de los inocentes.
